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San Cristóbal de Las Casas. – El Subcomandante Galeano, dio a conocer “Ayer: La teoría y la práctica”, “del cuaderno de apuntes del Gato-Perro”, en el marco de la salida de siete miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que viajarán a Europa.
“Una asamblea en un poblado en una de las montañas del sureste mexicano. Deben correr los meses de julio-agosto de un año cercano, con la pandemia del coronavirus adueñándose del planeta. No es una reunión cualquiera. No sólo por la locura que les convoca, también por el evidente distanciamiento que hay entre silla y silla, y porque los colores de los cubre bocas se opacan detrás del vaho de las caretas transparentes.
“Están ahí los mandos político-organizativos del EZLN. También están algunos mandos militares, pero permanecen en silencio a menos que se les pida que hablen sobre un punto específico. Son bastante más de lo que podría suponerse. Hay ahí al menos 6 lenguas originarias, todas de raíz maya, y usan el español o ‘la castilla’ como puente para entenderse entre sí. Varios de los ahí presentes son ‘veteranos’, estuvieron en el alzamiento que inició el uno de enero de 1994 y, con las armas en la mano, bajaron a las ciudades juntos con otros miles de compañeras y compañeros, como uno más, una más”, dice un fragmento del texto.
Llegó la hora del pozol. La asamblea se dispersa, El SupGaleano, nomás por mula, le dice, al salir, al Subcomandante Moisés: “Yo, por eso, puro maíz palomero” y se dirige a su champa. El Subcomandante Moisés le revira: “¿Y la salsa picante pues?”. El SupGaleano no responde, pero cambia la dirección de su paso. “¿A dónde vas pues?”, le inquiere el SubMoy. El Sup, alejándose, casi grita: “Voy a pedir prestada la salsa en la tiendita de las insurgentas”.
Doy fe.
Miau-Guau.
El Gato-Perro, ya de polizón en La Montaña.
(Oh pues, no alcanzó la paga y, además, hay un letrero a la entrada de la Montaña que dice: “No se admiten gatos, perros… ni escarabajos esquizofrénicos”).
México todavía. Abril del 2021.