En algo que para el mundo parece increíble, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, triunfó para su sexto periodo de cinco años.

El principal contrincante de la oposición, Bobi Wine, rechazó los «resultados fraudulentos y preparados» y las autoridades batallaban para explicar cómo compilaron los conteos que fueron reportados con fallas en Internet.

En una colisión generacional observada en todo del continente africano, donde existe una enorme población joven y varios gobernantes de edad avanzada, Wine, de 38 años, un cantante convertido en legislador, representó indiscutiblemente el mayor desafío a la fecha contra Museveni.

El autonombrado «presidente de los guetos» tuvo fuerte apoyo en los centros urbanos que registran una elevada frustración por el desempleo y la corrupción.

En una entrevista telefónica desde su casa, que dijo estaba rodeada de soldados que no le permitían salir, Wine exhortó a la comunidad internacional a «llamar al general Museveni al orden» reteniéndole la asistencia, imponiendo sanciones y utilizando la Ley Magnitsky para hacer que rindan cuentas los presuntos infractores de derechos humanos.

Wine repitió que consideraba todas las opciones legales, como impugnar los resultados en tribunales y convocar a protestas pacíficas.

La comisión electoral dijo que Museveni captó 58% de los votos y Wine 34%, con una participación de 52% de los electores, en un proceso que el principal representante de la diplomacia estadounidense para África describió como «esencialmente defectuoso».

La comisión recomendó a las personas que festejaban que tuvieran en mente las precauciones frente al Covid-19, aunque la reacción fue silenciosa en Kampala, la capital. En un momento, centenares de simpatizantes de Museveni circularon en motocicletas a gran velocidad sonando sus bocinas y gritando. Las fuerzas militares permanecieron en las calles.

La policía impidió que periodistas de la AP llegaran a la casa de Wine, en las afueras de Kampala. Wine ha dicho que se encuentra solo con su esposa, Barbie, y un solo escolta de seguridad después que la policía indicara a una compañía privada de seguridad que retirara su protección antes de los comicios del jueves.

«Estoy vivo», sostuvo Wine. Después de declarar en la víspera de la votación que «el mundo está observando», Wine señaló que «no sé qué va a pasar conmigo y mi esposa».

(Con información de LaVoz.Com.Ar)