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México.- La pandemia por Covid-19 ha tenido un fuerte impacto en los sistemas alimentarios. Específicamente, puso en evidencia las limitaciones en la capacidad de los programas de la red de seguridad alimentaria.
Así lo revela la última edición del Índice Global de Seguridad Alimentaria (GFSI, por sus siglas en inglés) 2020, realizado por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU).
El estudio patrocinado por noveno año consecutivo por Corteva Agriscience, empresa agrícola global cien por ciento enfocada en el desarrollo de tecnologías y soluciones para el agro que, en la región Mesoandina, a la que pertenece México, es liderado por Ana Claudia Cerasoli.
De acuerdo con el GFSI 2020 y la clasificación global de 113 países, México se sitúa en el lugar 45 mientras que, a nivel regional, se encuentra entre los 5 mejores países de América Latina, con una calificación del 66.2 % y un puesto arriba respecto a 2019.
Entre las principales conclusiones del GFSI destaca el hecho de que, si bien América Latina ha conseguido avanzar considerablemente en la reducción de la pobreza, que es un factor que influye directamente en la seguridad alimentaria, no lo ha hecho con la rapidez necesaria e, incluso, se han observado algunos retrocesos.
Los resultados del Índice Global de Seguridad Alimentaria 2020 ofrecen un panorama amplio y claro de los principales avances y desafíos que América Latina y el resto del mundo enfrentan. Al mismo tiempo, puede servir de guía para que gobiernos y organismos diseñen estrategias de seguridad alimentaria robustas y resilientes que se adecúen a los retos que seguirá enfrentando el planeta a lo largo del 2021 y a futuro.