El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, emprende este jueves su cuarto viaje fuera del país con el que busca evaluar de primera mano los programas para frenar la migración procedente de varios países centroamericanos y estrechar lazos con Cuba.
Vamos a hacer este recorrido y vamos a suscribir convenios de colaboración con los cinco países: con Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba”, celebró este miércoles el mandatario mexicano antes de emprender un viaje de cinco días por unas regiones a las que desde el principio de su mandato, en diciembre de 2018, ha querido apoyar para atender las “causas” de la migración.
Para tal fin, el mandatario mexicano estará acompañado por el canciller, Marcelo Ebrard, y los secretarios de Defensa y de Marina, Luis Cresencio Sandoval y José Rafael Ojeda Durán.
La visita arrancará en Guatemala el 5 y 6 de mayo y continuará por El Salvador, el 6 de mayo.
El 6 y 7 de mayo visitará Honduras y Belice, mientras que el último día, el 8 de mayo, se centrará en Cuba.
En todos estos países se reunirá con sus mandatarios y con varios miembros de sus respectivos gabinetes.
En El Salvador y Honduras, el Gobierno tiene implementados Sembrando Vida, un ambicioso programa de reforestación que busca proteger el medioambiente y a su vez crear empleo. También el programa de aprendices Jóvenes Construyendo el Futuro.
Ambos programas tienen más de 20.000 participantes.
En Belice, firmará un convenio para el programa Sembrando Vida.
Es un viaje importante en buena medida porque es uno de los primeros viajes que realiza durante su presidencia. Ha sido muy reacio a salir del país”, dijo Gustavo López Montiel, experto en relaciones internacionales del Tecnológico de Monterrey.
El presidente, hasta la fecha, solo ha ido a los Estados Unidos en tres ocasiones, en julio de 2020 y a principios y a finales de noviembre de 2021.
Y mirar hacia el sur, a los países que considera hermanos, da un mensaje: “Él ha planteado que la solución a la migración no se da a partir del bloqueo de las fronteras sino fundamentalmente a partir de la generación de oportunidades en los países de origen”, dijo el analista.
En Cuba, López Obrador llevará a cabo una visita un tanto diferente. El enfoque, según se prevé, será mucho más institucional y simbólico, en lugar de migratorio.
Se reunirá con su homólogo Miguel Díaz-Canel para fortalecer unas relaciones que ya se han potenciado desde que asumió el poder. Por ejemplo, con la llegada en plena pandemia de médicos cubanos para atender el sistema sanitario mexicano.
“Cuba es un país referente en la configuración del pensamiento del presidente”, explicó López Montiel sobre la nación caribeña, con la que el Gobierno mexicano mantiene relaciones diplomáticas desde hace 120 años y de manera ininterrumpida, incluso tras la Revolución cubana que culminó en 1959.
El viaje viene precedido de varias reuniones de alto nivel con la Casa Blanca.
Con información de EFE