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La escasez de oxígeno y el aumento de casos de Covid-19 han devastado los hospitales en la India, cuyas autoridades informaron este lunes que más de 117 personas en el país mueren cada hora y que su cantidad total de infecciones alcanzó más de 17.3 millones de casos.
Los médicos del país exigen con desesperación tanques de oxígeno para sus pacientes, ya que el país estableció un nuevo récord de infección por quinto día consecutivo con más de 352,000 casos nuevos.
Inicialmente vista como un modelo a seguir para las naciones en desarrollo en la contención del virus, India está colapsando bajo el peso de su último brote.
Las unidades de cuidados intensivos están a plena capacidad y los hospitales han maximizado sus ventiladores, mientras que los crematorios, abrumados, queman cuerpos al aire libre.
Los casos comenzaron a aumentar a principios de marzo, pero se aceleraron rápidamente: el número de casos diarios a fines de mes había aumentado seis veces más que a principios de mes. Ese aumento exponencial solo ha continuado con mayor velocidad y severidad.
La segunda ola golpeó mucho más fuerte porque la gente no estaba preparada, dicen los expertos. La primera ola alcanzó su punto máximo en septiembre y los casos diarios disminuyeron de manera constante en los meses siguientes; la aparente recuperación parecía tan exitosa que el ministro de Salud del país declaró a principios de marzo que estaban «en la etapa final» de la pandemia.
Y la campaña de vacunación del país, una de las más grandes y ambiciosas del mundo, se puso en marcha en enero.