** Buques cisterna y compañías estadounidenses habrían facilitado el ingreso ilegal de diésel a México, en operaciones ligadas al Cártel Jalisco Nueva Generación.
Investigaciones periodísticas y declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum confirman que empresas de Estados Unidos podrían estar implicadas en una red transnacional de contrabando de combustible, conocida como huachicol fiscal, que ha alterado el mercado mexicano y generado alertas por corrupción y evasión fiscal.

Un reportaje de Reuters reveló que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha utilizado buques cisterna para introducir diésel a México desde Canadá y Estados Unidos, disfrazando la carga en documentos aduanales y evadiendo impuestos. El caso más documentado es el del buque Torm Agnes, que el 8 de marzo descargó casi 120,000 barriles en el puerto de Ensenada, pese a que la terminal carece de infraestructura para hidrocarburos inflamables. La carga se transfirió directamente a camiones cisterna en una operación que, según testigos, se realizó con precisión y sin interrupciones.
Empresas estadounidenses como Ikon Midstream, con sede en Houston, jugaron un papel clave en la adquisición y transporte del combustible, declarando falsamente que se trataba de lubricantes industriales. La carga mexicana fue recibida por Intanza, empresa con sede en Monterrey considerada fachada del CJNG.
Las autoridades estiman que hasta un tercio del mercado mexicano de diésel y gasolina proviene de importaciones ilegales, valuadas en más de 20,000 millones de dólares al año. La operación involucra evasión fiscal, sobornos a funcionarios portuarios y documentos falsificados.

La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que la FGR mantiene carpetas de investigación contra empresarios estadounidenses involucrados en estas operaciones y que el Departamento de Justicia de Estados Unidos sigue la investigación de esta red transnacional.
En México, el contrabando ha derivado en investigaciones por corrupción dentro de la Marina, responsable de la supervisión portuaria, y ha impactado a empresas legítimas como Shell, que vendió su negocio minorista de combustibles tras verse afectada por la competencia de los huachicoleros.

El CJNG no solo roba combustible de Pemex, sino que ha creado una “flota oscura” para mover hidrocarburos entre Estados Unidos y México, marcando un nivel de sofisticación sin precedentes. Según expertos en crimen organizado, se requiere coordinación logística, infraestructura y recursos financieros que sobrepasan los límites de operaciones criminales convencionales.
Esta trama de contrabando y evasión fiscal mantiene en alerta a autoridades de ambos países y pone en evidencia la creciente internacionalización de los negocios ilícitos de los cárteles mexicanos.
MDR.




