** Pekín rechaza medidas del Gobierno mexicano y acusa presiones de Estados Unidos.
El Gobierno de Sheinbaum busca proteger a la industria nacional con nuevos gravámenes a países sin tratado comercial; China lo califica de coerción y advierte que no se quedará de brazos cruzados.
El anuncio del Gobierno de México de imponer aranceles de hasta el 50% a vehículos ligeros importados desde China provocó una fuerte respuesta de Pekín, que aseguró que defenderá sus derechos e intereses legítimos. El portavoz de la Cancillería china, Lin Jian, afirmó que su país se opone a cualquier forma de “coerción” y llamó a México a evitar medidas que afecten la cooperación económica bilateral.

La iniciativa mexicana, presentada en el Paquete Económico 2026 y enviada al Congreso, contempla modificaciones en más de mil 400 fracciones arancelarias, lo que representa el 8.6% de las importaciones totales del país, equivalentes a 52 mil millones de dólares. El objetivo, según la Secretaría de Economía, es frenar prácticas de dumping y proteger a la industria nacional en sectores clave.

Actualmente, los autos chinos pagan un arancel de entre 15% y 20%. Con la propuesta, el impuesto podría elevarse hasta el 50%, un cambio que impactaría a un mercado que el año pasado alcanzó el 30% de la venta de autos ligeros en México. El plan también prevé incrementos en autopartes, textiles, acero, electrodomésticos, motocicletas, vidrio y cosméticos, entre otros productos.
La presidenta Claudia Sheinbaum defendió la medida como parte del “Plan México”, con el que busca fortalecer la economía y proteger más de 300 mil empleos en riesgo por importaciones a bajo costo. En su conferencia matutina, aclaró que no se busca generar conflictos diplomáticos y que ya se mantienen conversaciones con los embajadores de China y otros países afectados.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, rechazó que se trate de una medida con fines geopolíticos y aseguró que se enmarca dentro de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). “No es un pretexto, es el sistema comercial”, puntualizó, al tiempo que defendió que no habrá un impacto inflacionario significativo porque la mayoría de productos no están incluidos en el ajuste arancelario.
La respuesta de Pekín llega en un contexto de tensiones comerciales globales, donde Estados Unidos ha endurecido su política hacia China. Para el gobierno asiático, los nuevos impuestos mexicanos son vistos como resultado de presiones externas, aunque México insiste en que se trata de una estrategia interna de protección a la economía.
MDR.