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México. – Mónica Ramírez Cano, psicóloga y criminóloga que analizó y definió el perfil de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Damaso López, afirma que “Existen diversos tipos de asesinos y las clasificaciones tienden a etiquetarlos”.
Se clasifican ya sea por motivación, por el tipo de víctima que eligen, por el tipo de escena que dejan, por el número de víctimas que matan, etc.”, comentó la experta en una entrevista a un medio digital.
Ramírez Cano define como asesino serial a “aquella persona que comete un asesinato, no importa el número de víctimas”.
El asesino en serie mata a tres o más víctimas en un periodo de enfriamiento entre cada evento. ¿A qué voy con esto? ¿Por qué tres? El primero es para explorar sus límites y para ver cuánto le gusta lo que está haciendo.
“El segundo lo hace para perfeccionar el primer asesinato e incluye cuestiones que ha fantaseado, incluye cosas que pudo haber hecho mejor etc. Y el tercero ya lo hace porque le gustó lo que experimentó, lo que ese crimen satisfizo”, explica Cano.
Los asesinos en serie “generalmente buscan satisfacciones de necesidades psicológicas, emocionales, de estimulación y gratificación sexual con los homicidios”.
Mientras que “un sicario no es un asesino en serie, porque los asesinos en serie no trabajan. El sicario está trabajando por un sueldo, persigue una ganancia material”.
“Los terroristas tampoco son asesinos seriales. Los terroristas se mueren por una ideología”.
La psicóloga y criminóloga expone que “los asesinos seriales además de que no están trabajando, lo que hacen es satisfacerse y buscar una estimulación sexual a través de sus crímenes o de cuestiones sicológicas; como el asesino serial Andréi Chikatilo –señalado por asesinar y en algunos casos devorar partes de 21 niños, 14 niñas y 18 mujeres entre 1978 y 1990–. El “Carnicero de Rostov”, decía: ‘cada vez que mato, encuentro paz de mente’”.
Siguiendo la clasificación del FBI, existen asesinos seriales desorganizados, aquellos “que no tienen una planeación de sus crímenes y utilizan las armas que encuentran en el momento, lo que tienen a la mano para atacar. Son víctimas de oportunidad y asesinos que no tienen un objetivo específico de víctima”.
¿Y qué hay de Andrés “N”?
“Estamos hablando en cuanto a este feminicida, de un asesino organizado, que planea sus crímenes; es aquel que sale de cacería de sus víctimas; es aquel que tiene un prototipo de víctimas. El prototipo de víctimas en él son personas en sus treintas, quizá la más joven tendría sus 28 una cosa así”.
Las víctimas de Andrés “N, “Son mujeres en sus treintas, más o menos esbeltas y personas que de alguna manera buscan obtener algún beneficio material primordialmente. Hablo de las víctimas, porque lo que se ha reportado es que este asesino les ofrecía dinero, les ofrecía trabajo, las veía a ellas vulnerables y entonces se acercaba. Eso es importante señalar”.
“Hipotéticamente hablando, aventurándose a esta parte del por qué mata a mujeres y no solo matarlas sino también canibalizar, comerse partes de su cuerpo y algunas otras como he visto en los noticieros, desollar su rostro, cortarle la cabellera…
Yo considero que él debió tener un problema muy fuerte en su infancia con alguna figura de autoridad femenina, que pudo haber sido su madre; una tía; una novia que lo rechazó; una maestra. Habría que buscar en su historia de vida algún tipo de situaciones, porque me parece que a él lo motiva la venganza porque sigue buscando mujeres o sigue intentando con mujeres que le rechazan. Ahí hay un elemento muy importante, que es la venganza y el rechazo”.
Nos dice que por su experiencia y con base en los caníbales que ella ha entrevistado “hay dos vertientes importantes. La primera, esta persona que canibaliza a su víctima lo hace derivado de un delirio que le lleva a matar a su víctima y a comérsela”.
Recuerda que “un asesino que mostraba esquizofrenia significativa y mataba a la víctima; se la tenía que comer porque en su delirio él pensaba que su sangre se estaba convirtiendo en polvo. Entonces tenía que matar a la víctima”.
Y en segundo, “los caníbales que lo hacen con pleno conocimiento, lo hacen para poseer a la víctima en toda posibilidad que exista”.
Ramírez Cano distingue a “caníbales que dicen: ‘para amarla la tengo que poseer’. Y parte de esa posesión es comerla. Yo pudiera pensar que este feminicida de Atizapán pudiera caer en esta segunda vertiente que te comento, no lo sé porque no tengo mayores datos, pero podría caer ahí.