Un joven sembró afuera de su casa ubicada en la Unidad Habitacional Fovissste del municipio de Río Blanco una planta de marihuana que con el paso de los meses se convirtió en un árbol de más de dos metros, sin embargo llegó a su fin cuando la policía lo descubrió.
Durante meses creció a unos pasos de la casa de quien la sembró, un joven llamado Miguel. Gracias a los cuidados que le dio su dueño. Por su gran tamaño comenzó a llamar la atención de propios y extraños.
Jyasú Torruco, vecino de Miguel, señaló a través de redes que el arbusto se volvió «una planta comunitaria».
Recientemente llegaron elementos de la Policía Estatal con el argumento de que habían recibido una llamada anónima en relación al producto. Le advirtieron al dueño que si no la quitaba de la vía pública la arrancarían ellos mismos.
Vecinos salieron de sus casas y en solidaridad con Miguel decidieron, entre todos, tomar las hojas de cannabis antes de que la policía la destruyera.
«Hoy llegó la policía estatal con el argumento de la denuncia de una llamada anónima y amenazó con que si no la quitaban, la arrancaban ellos mismos, poco a poco los vecinos se aglomeraron para defender la planta y solidarizarse con quien la sembró, después de tanta discusión y presión de la policía llegaron al acuerdo de tomar las hojas para aprovecharlas y que solo se llevaran las ramas», escribió en Facebook Jyasú Torruco.
Al grito de «¡viva la cannabis!» las vecinas festejaron lo que para ellas había sido como un triunfo: no dejar que la policía arrancara la «planta comunitaria»