** Vecinos denuncian lenta respuesta tras la tormenta del sábado.
Las lluvias del fin de semana dejaron calles convertidas en ríos, basura flotando y viviendas dañadas en al menos seis colonias de Nezahualcóyotl. Autoridades de los tres niveles de gobierno desplegaron cuadrillas y equipos de bombeo, pero vecinos aseguran que la ayuda llegó tarde.
La tormenta que azotó el oriente del Valle de México el sábado 27 de septiembre dejó un panorama crítico en Nezahualcóyotl. A más de 48 horas del aguacero, decenas de cuadras permanecen bajo el agua y miles de familias intentan salvar lo poco que quedó en sus hogares.

En colonias como Vicente Villada, Metropolitana y Las Águilas, las escenas son de casas inundadas hasta el comedor, patios llenos de lodo y calles tapizadas de basura y aguas negras. Vecinos improvisaron muros de ladrillo, colocaron costales y hasta bolsas de plástico en los zapatos para resistir el embate de la tormenta.
De acuerdo con los primeros reportes oficiales, al menos seis colonias resultaron severamente afectadas, con daños en más de mil viviendas, diez escuelas y alrededor de 110 calles. En la zona cero, ubicada en Villada y Ampliación Vicente Villada, se calcula que ocho mil familias resultaron damnificadas.
A la emergencia se sumaron brigadas municipales, estatales y federales con personal de limpieza, pipas, vactors y equipos de bombeo. En total, más de mil 500 trabajadores y voluntarios se desplegaron para ayudar a sacar el agua de casas y cisternas, además de comenzar con la desinfección.

En calles como Escalerilla, el agua contaminada arrastró jeringas, plásticos y desechos de todo tipo. Comercios resultaron dañados, aunque algunos decidieron reabrir para no perder más ventas, mientras otros siguen contando pérdidas por el agua que alcanzó medio metro de altura.
La magnitud de la tormenta, que dejó caer en unas horas lo equivalente a la lluvia de un mes, desbordó drenes y saturó el sistema de desagüe. Hasta este lunes, autoridades confirmaron que de las 112 cuadras afectadas, 29 siguen bajo el agua.
En paralelo, comenzaron censos casa por casa para cuantificar daños y garantizar apoyos, mientras brigadas médicas y de vacunación se desplegaron en zonas críticas. Aunque el operativo continúa, vecinos insisten en que la respuesta llegó tarde, cuando ya las calles estaban convertidas en ríos.
MDR.